Estamos en vísperas de la Semana Mayor ( o Semana Santa como suele llamarse a esta celebración en otros países), y convocamos a reflexionar sobre qué significa para nosotros esta fecha, qué despierta este legado de las creencias de la iglesia católica. Para muchos representa tristeza, dolor e incluso traición. Para otros, amor eterno.
Sostenemos firmemente que la reflexión, nos ayuda a tomar conciencia de las cosas. Y tomar conciencia es el primer paso para sanar, desintoxicarse, deconstruir.
“No se trata solo de hacer consciente lo inconsciente, sino dar una nueva mirada, más amable, resignificar a mi favor”
@hipnosispr
Pues, en la vida, nos vamos lastimando emocionalmente, y así como sucede con las heridas físicas, aquellas que son evidentes con nuestros ojos, también sucede con aquellas que no vemos. Y, necesitamos reconocer y sanar. Ya que, todo lo que no hemos sanado, seguirá asomándose, en otros contextos, con otros personajes, en otras circunstancias.
Lo repetimos.
Y, sencillamente, sólo cuando somos capaces de desprendernos de lo que nos hace daño, podremos avanzar hacia lo que merecemos.
Es un viaje interior muy similar al que definió metafóricamente Platón en la Alegoría de la Caverna. Se trata de pasar de ese universo de sensaciones, autoengaños y sombras a una esfera mucho más elevada, libre y auténtica.
Para ser más gráficos, una herida que no vemos, es aquella sensación de desvalorización que incorporamos desde pequeños, simplemente, con no ser observados, ser invisible a los ojos de nuestros padres porque a esa edad son nuestra referencia de vida y copiamos de ellos. Por ejemplo: nos sacamos un sobresaliente en un exámen y cuando vamos orgullosos y felices a contar a nuestros orgullosos, esa novedad les da igual, no dicen nada, siguen mirando la tv, “pasan de mí” como dicen los españoles. Esa sensación va quedando en nuestra psiquis (y en nuestro cuerpo en general) porque es lo que fuimos adquiriendo y lo trasladaremos a nuestra vida de adultos, de allí que vemos los vínculos de dependencia emocional que reflexionamos en la nota de blog Relaciones tóxicas: cómo identificarlas y cómo salir de ellas.
Asimismo, en la vida, nos vamos construyendo como seres humanos, desde los roles sociales, los mandatos y las creencias de otros, que, ciertamente, hoy, puede no ser la más adecuada en uno. Hay veces que eso que tenemos arraigado ya queda obsoleto para este momento de la vida.
Por ejemplo, la iglesia católica promueve “Amarás al prójimo como a ti mismo”. Esto significa reconocer en los demás la misma dignidad que hay en nuestra propia vida; es ofrecer al otro el mismo cuidado y consideración.
Por años, éste mandamiento cala profundo en nosotros y en nuestra sociedad. Lo cual, nos lleva a un amor “sacrificado” o “abnegado”, porque busca amar sin un interés propio.
Por consiguiente, Qué consecuencias trae sostener esta idea de ayudar al prójimo sin ayudarse?
También este razonamiento nos lleva a reflexionar sobre cuánto buscamos afuera lo que tenemos en nosotros. Cuánto vamos queriendo del prójimo que resuelva nuestros asuntos cuando nosotros mismos tenemos las respuestas, y por ende, la solución. Nadie de afuera puede saber de nosotros y conocernos más que nosotros mismos. Para ello, es preciso guardar silencio, escuchar desde nuestro ser y llegará la información que necesitamos. En este sentido, el camino al autoconocimiento es poderoso.
Es que, estamos tan moldeados! y no sólo por la iglesia católica sino por todo aquello que hacemos cumpliendo un rol social, que nos imposibilita ser nosotros mismos e ir hacia nuestros propios deseos, esos que nos hace bailar el corazón.
Ya desde pequeños, cuando jugábamos a ser maestros pero papá nos dice que “tenemos que ser Abogados” porque ganaremos dinero (y en realidad él es el que quería ser abogado). Este acto es un vivo ejemplo de la proyección que suelen hacer los padres a sus hijos en lo que refiere a sus sueños no cumplidos y sus frustraciones.
Evidentemente, en ese niño lo que hacía bailar el corazón era SER MAESTRO, no ser abogado. Es claro que, todos los talentos que no se desarrollan, se mueren.
El siguiente video, del espacio Aprendemos Juntos del BBVA, profundiza este tema de la educación de padres a hijos donde remarca la importancia de decir al niño “confío en tí”, aceptar como es, estimular en lo que es bueno y le gusta, y llenar su mochila de momentos inolvidables.
Aprovechemos esta coyuntura para reflexionar. Te proponemos, no solo cuestionar las ideas católicas, sino todo aquello que vamos adquiriendo y las normalizamos. Sobretodo sabiendo que si no podemos cumplir o no cumplimos cuando está “normalizado”, genera angustia o culpa. Y esta emoción negativa causa daño.
Para tí ¿Qué significa la Semana Mayor?
La historia nos dice que la Semana Mayor, es la conmemoración cristiana anual de la entrada a Jerusalén, la última cena, el viacrucis, la muerte y resurrección de Jesús de Nazaret. Es un período de ocho días que comienza con el Domingo de Ramos y culmina con el Domingo de Resurrección. En este 2022, comenzó el domingo 10 de abril, y termina el 17.
En muchos lugares se celebra con tradición, alegría y mucha pasión. Y las familias participan de las procesiones, los tambores, el silencio. En otros lados, se sigue no comiendo carne. Y otros, sólo lo ven como un regalo de descanso laboral.
Sin embargo, te proponemos aprovechar este contexto de Semana Mayor para ir hacia tu interior y conversar contigo mismo. No quedarte sólo con esta fecha, la tradición, lo que nos contaron, las sensaciones que nos trae…sino, dar un paso más y preguntarnos ¿Qué es lo que celebro? ¿Para mí qué representa la Semana Mayor? ¿cuánto celebro porque lo siento? ¿Es una cruz de esas que pesan, o lo vivo con alegría? ¿Cuánto hago por mi mismo? ¿Cuánto creo realmente? ¿Qué de todo esto es útil para mi vida?
Y luego, por favor, extiende estas preguntas hacia otros ámbitos de tu vida.
En la nota de blog Relaciones tóxicas: cómo identificarlas y cómo salir de ellas te decíamos que, para nosotros, cuando estamos dentro de algo que no podemos salir por nosotros mismos ni tenemos la libertad de decidir, porque estamos condicionados a la opinión de otros, a lo que el otro puede pensar o decir, estamos atravesando una relación tóxica de codependencia. Paradójicamente, es una cruz, que nos crucifica, nos condena.
Sostenemos que, al igual que un trabajo, las adicciones, la mala alimentación, etc. las creencias o mandatos también son relaciones tóxicas, porque nos hacen actuar en forma automática, y no desde nuestra esencia, lo que somos y deseamos realmente.
Con estos párrafos, cerramos esta nota. No sin antes pedirte también que si deseas, nos dejes tus comentarios. O nos contactes, si sientes que podemos apoyarte en tus procesos de sanación, desintoxicación, deconstrucción, y sacar tu máximo potencial.
¡Gracias!
Me gustaria recibir hipnoterapia Para control de peso.
Hola Israel, gracias por tu consulta e interés. Te respondemos por mail para establecer un diálogo mas cercano. No obstante,…