Hay una necesidad de saber cómo lidiar con las personas que tienen problemas de salud mental. Creemos que, primero de todo, necesitas estar fuerte y cuidarte a tí mismo para que puedas cuidar a otros. La salud mental hace que las personas no vuelvan a ser cómo antes. Duele. Y por eso elegimos este tema en esta nota de blog. 

Qué es un problema de salud menta

En este apartado vamos a definir la salud mental y cuando es un problema de salud mental, es decir, qué es salud mental y qué no es. Y luego procederemos a nombrar, que no sea tabú.

La salud mental es, por definición, “el estado de equilibrio que debe existir entre las personas y el entorno socio-cultural que los rodea, incluye el bienestar emocional, psíquico y social e influye en cómo piensa, siente, actúa y reacciona una persona ante momentos de estrés”.

Un problema de salud mental es contrariamente, cuando se percibe ese desequilibrio. No existe un bienestar en la manera que la persona piensa, regula sus sentimientos y se comporta. A veces, las personas experimentan una importante perturbación en este funcionamiento mental. 

Un trastorno de salud mental puede afectar la capacidad para lo siguiente:

  • Mantener relaciones personales o familiares sanas.
  • Funcionar armoniosamente en entornos sociales.
  • Tener un desempeño estable en el trabajo o en la escuela.
  • Aprender a un nivel acorde a su edad e inteligencia.
  • Participar normalmente en otras actividades importantes.

Teniendo clarísimo qué SÍ y qué NO es un problema o trastorno de salud mental, pasaremos a nombrar.  Vamos a llamar las cosas por su nombre. Porque no lo nombramos. Pareciera que tener un problema de salud mental es una mala palabra. Un tabú. Una vergüenza. “Viste eso que tiene fulano”….¿eso qué? ¿Qué es lo que tiene fulano?.

Depresión, esquizofrenia, ansiedad, obsesiones compulsivas, trastornos de la alimentación, bipolaridad, estrés post-traumático, disfunciones sexuales, trastornos del neurodesarrollo. En total, existen más de 250 desórdenes mentales, según informa el DSM-5, Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales (Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders), publicado por la Asociación Estadounidense de Psiquiatría (en inglés, American Psychiatric Association). 

Una problemática de salud mental implica tener un diagnóstico de trastorno a nivel mental. En el Centro de Hipnoterapia y Bienestar de Puerto Rico tenemos el propósito de prevenir estos problemas de salud mental.

Ante un caso, proponemos hacer equipo. Organizamos una red de apoyo multidisciplinar para que entre todos los profesionales de distintas disciplinas ayudemos y cuidemos al paciente. Y lo más importante es que contemos con sus familiares para la continuidad del servicio y de los apoyos. Con sesiones de hipnosis e hipnoterapia holística podemos ir a la raíz de las problemáticas y en el 80% de los casos logramos que tenga una mejor calidad de vida. 

Hay una necesidad de humanización en el trato de los afectados.

Las normas culturales y las expectativas sociales desempeñan un papel importante en la definición de los trastornos de salud mental. 

En algunas sociedades occidentales como la de Puerto Rico, Centroamérica y las europeas ir al psicólogo ya implica que la persona tiene un grave problema de salud mental, imagínate si ésta persona va al psiquiatra. Ahí “está para internarlo”.

En Argentina la cosa está más normalizada. Es el país con mayor proporción de psicólogos de todo el mundo, y 9 de cada 10 personas asisten a una terapia al menos una vez en su vida. Y aquí el hecho de ir al psicólogo es visto como lo que es realmente, una ayuda terapéutica, una guía que acompaña en los procesos de la vida. Incluso, hasta se ve mal si no vas al psicólogo. 

Evidentemente, no existe una medida estándar en todas las culturas para determinar si un comportamiento es normal ni cuándo puede ser motivo de preocupación.

Hemos comprobado que, cuando la sociedad no acepta a las personas con problemas de salud mental, se nota. Y las personas que tienen estos trastornos se sienten alejados de la sociedad, alejados de lo que pueden hacer en la sociedad, alejados de lo que pueden aportar, y más cerca a un “sin sentido” de la vida. Porque la sociedad no está preparada. 

La sociedad está más preparada para que haya cáncer pero no trastornos de salud mental. La sociedad no acepta.

Pero, acaso, ¿qué podemos pedir si como personas no aceptamos que el otro sea diferente?. Lo vemos en las guerras, en las marchas, en los asesinatos por violencia de género, en las peleas políticas, en la violencia en las redes en general, entre otros ejemplos. Efectivamente, por años de confrontación, tenemos integrado que “las diferencias son malas”. Y ese es el mayor error. Creer que por ser diferentes hay que condenar. Y el valor de la humanidad justamente está en la diversidad. Porque todos somos únicos y exclusivos. Así, con nuestras fortalezas y nuestras vulnerabilidades. Que por cierto, todos tenemos porque somos seres humanos.

Pues, incluso, hasta vemos injusto tomar partido a marcar la diferencia de cuando una persona se encuentra sana o cuándo se encuentra enferma. Es que, y yendo más profundamente en la reflexión, ¿Sólo porque no necesitamos tomar medicamentos psiquiátricos nos hace pensar que estamos sanos y que somos diferentes al otro?.

El desnudo de las carencias humanas.

De pronto se le da vuelta la cabeza, y empieza a repetir a gritos “me quieren matar”, “me queres robar el dinero”, “ tenes cocaína”, “ no sos mi papá”, y se genera una obsesión que se lo cree. y eso es lo peor, que se lo cree y que incluso los que estamos alrededor dudamos de si será cierto o no, si es real o imaginado”, cuenta Laura de su hermano que tiene esquizofrenia. “Me genera tristeza porque ya nada es como antes”.

Por lo general sucede esto que cuenta este testimonio y agradecemos por contarlo. La disyuntiva entre “lo que ES vs. lo que ERA”. Quieres que vuelva a ser como antes. No aceptas que la persona cambió y ya no volverá a tener la personalidad ni el carácter de antes. Sus reflejos cambian. Su vida cambia. 

Y seguramente, desde el momento en que dejes de tener ese hilo de esperanza, recriminar, avergonzarte, enojarte, presionar con un “tú puedes volver a tu vida de antes”, ellos se sentirán menos presionados y dejarán de sufrir. Porque es cierto que, en este tipo de enfermedades, la mayoría piensa que el único que sufre eres tú, que no padece la enfermedad y los ves así. Pero ellos también sufren porque saben que ya no serán como antes, que no podrán hacer las mismas cosas, y son conscientes que sus sueños se ven interrumpidos. Por su condición física primero, pero también por miedo, que ya no se fían de ellos mismos. 

Como familiares tenemos que entender que todas las enfermedades están en la mente, y que demoramos más en verla porque justamente, no la vemos físicamente, no es que falta un pie, o son diagnosticables con un estudio de rayos X. Y como todas las enfermedades, requieren un proceso para ver la mejoría.

La invitación de las enfermedades mentales es a aprender, “qué trae esta situación”, en vez de querer que la persona sea como antes. Si cambias el foco, la persona dejará de sentir presión e irá mejorando.

Cabe decir que, este tipo de comportamientos de no aceptación, viene de la inflexibilidad que tienes de aceptar los cambios. Y la realidad es que nada es estático, todo se transforma.

¿Qué significa la palabra cuidar?

Cuando pensamos en la palabra CUIDAR nuestra mente nos lleva inmediatamente a cuidar a otro, a otra persona. Por lo general cuidamos de un ser querido, nuestros padres ya mayores, nuestros hijos, nuestras mascotas, a alguien que está enfermo o tiene problemas. 

Se asocia también a “atender”. Atender los requerimientos básicos que necesitan: el aseo si son los padres que no pueden hacerlo por sí mismos, la educación para los hijos, la alimentación en las mascotas, asistencia o protección si alguien tiene problemas, y cuando alguien está enfermo todas las anteriores, juntas. Sin embargo, ¿desde qué lugar lo estamos haciendo?. Muchas veces, nos es más difícil asociar la palabra CUIDAR con el AMOR, sino más bien con el COMPROMISO o la RESPONSABILIDAD o UN FAVOR, a veces hasta con la CULPA o la CARGA (“porque no me queda de otra”). ¿Cómo desprendernos de esas sensaciones negativas?.

Tampoco asociamos CUIDAR con el AUTOCUIDAR. Porque cuidar a otro no implica “descuidarnos”. Al contrario, en esos momentos, aún más necesitamos cuidar nuestro estado emocional, mental y físico para poder acompañar a otras personas desde un lugar que sume, y no que reste. Te recomendamos el descanso, buscar momentos que te desconecten y te relajen, y hablar. Una alternativa, y la más recomendable, es hacer terapia, pedir ayuda profesional que pueda acompañarte desde un lugar objetivo y amoroso.

En este sentido, compartimos contigo el mensaje que nuestra directora, la Dra. Lymari Díaz, nos ha brindado en el cuidado de los pacientes con problemas de salud mental que están en casa. El enlace, te llevará a un nuevo episodio de su programa Mi Dieta Mental que ha vuelto a las pantallas por pedido popular.

Y asimismo asociamos la palabra CUIDAR con algún hecho puntual, un “para algo”, cuando “sucede algo”, pero nuestra propuesta es CUIDAR desde lo cotidiano, cuidar qué comemos, lo qué pensamos, las cosas qué hacemos, las emociones que tenemos, y cuidar qué tipo de vínculos construimos, desde qué lugar nos relacionamos.

También necesitamos pensar en CUIDAR eliminando el rol o la postura que somos VÍCTIMAS de la situación que nos tocó, sin el MELODRAMA que aprendimos de las novelas de la TV. 

En resumen, se trata de cuidar de nosotros mismos para poder cuidar a otros. Sobretodo de aquellas personas con problemas de salud mental que tanto amor y aceptación necesitan.